jueves, 22 de noviembre de 2007

LA COMUNIDAD EN PERSPECTIVA BÍBLICA

LA COMUNIDAD DESDE LA PERSPECTIVA BIBLICA


Gustavo Baena, S.J.

1. LA INTRODUCCION – la palabra “comunidad” y su contenido.

a) Este termino “Comunidad ” es bastante extraño en los documentos del Magisterio de la Iglesia.

Aparecen ampliamente en el Nuevo Testamento, particularmente en las cartas típicas paulinas (koinonia y eecclesía) y significativamente después del Concilio Vaticano ll la palabra Comunidad aparece pocas veces y casi siempre para referirse a otras asociaciones que quizás no sean propiamente comunidades cristianas como tales.

En los documentos de Magisterio de América Latina como Medellín, Puebla y Santo Domingo aquí el termino de comunidad es muy frecuente y usado con densidad de sentido.

b) ¿ Por qué razón se desató en la Iglesia, luego del Concilio Vaticano ll, una gran tendencia tan grande sobre la significación y la esencial valoración de la“Comunidad?” O más exactamente, ¿Por qué este Concilio es la causa directa de tal valoración de la Comunidad?

En la Constitución dogmática “ Lumen Gentium” en el numero 1 la Iglesia es considerada como un espacio de Comunión de Dios con las personas y de las personas entre si. Y en el numero 7 el Concilio entiende la Iglesia esencialmente Cuerpo del señor.

La Iglesia como Cuerpo del Señor no es una voluminosa entidad abstracta universal. La Iglesia realmente comunión de personas a la cual se refiere el Concilio, es una recepción de las cartas de Pablo, esto es, en cuanto Cuerpo del Señor. Ahora bien, en Pablo las comunidades Cuerpo del Señor eran espacios concretos donde se vivía y se celebraba la vida de fe de las Comunidades. Eran esas comunidades pequeñas donde se exigía de por si y espontáneamente, por la fuerza del Espíritu Santo, la responsabilidad del don de sí mismo de cada uno de sus miembros, con relación al resto de la comunidad. La Iglesia Universal son precisamente esas comunidades locales y concretas en donde se vive realmente el Cristianismo. Por eso la Iglesia Universal es la unidad y solidaridad de todas estas Comunidades. Si no existieran, tampoco existiría realmente la Iglesia. De allí que se diga que las comunidades realmente “Cuerpo del Señor” son las ventanas por donde se asoma la identidad de la Iglesia Universal.

Todavía hoy después de este renacimiento tan grande del sentido de la Vida Comunitaria Cristiana, desatado por el Concilio, sin embargo se dan voces un poco perplejas que miran con extrañeza toda esta valoración de la Comunidad. Por eso se preguntan ¿Por qué a ultima hora, a estas alturas del cristianismo se esta hablando con tanta intensidad sobre Comunidad?.

¿ No será todo esto un embeleco, o un snobismo, o una moda, o un afán de emulación con la sociología, o la psicología, o la pedagogía? etc.?
Puesto que el tiempo es limitado solo expondré lo que me parece mas determinantemente teológico desde la Revelación, a saber, la Comunidad en el Caso de Jesús, puesto que es la clave para comprender el autentico sentido de la Comunidad y su función salvífica.

II. LA COMUNIDAD EN EL CASO DE JESUS

1. Algunas estadísticas en Mateo, Marcos y Lucas

a) Los grandes discursos de Jesús, particularmente en el Evangelio de Mateo están dirigidos especialmente a los discípulos más cercanos de Jesús y muy indirectamente a la gente.

b) Las exhortaciones cortas o instrucciones tienen casi siempre como destinatarios el circulo de los discípulos cercanos y rara vez la gente.

c) En numerosas ocasiones estos discípulos cercanos vienen donde Jesús para pedir alguna explicación, o el mismo Jesús los llama para explicarles algo aparte, o en privado o en casa y no junto con la gente.

d) La preocupación de Jesús, con su grupo no es solo en el campo de la enseñanza o de la predicación inmediata, sino que se extiende a otras actividades, lo acompañan en su en su oración, cuando es invitado a comer, en sus correrías por el mar y diversos lugares que Jesús visita como Samaria, Jerusalem, Tiro y Sidon etc.

e) En la mayor parte de las narraciones de milagros los evangelistas hacen notar la presencia de los discípulos cercanos.

2- Lecturas de estas Estadísticas

a) Sin duda esta preocupación de Jesús con su grupo de discípulos cercanos, no es casual, es intencionalmente explicitada por los Evangelistas. El Evangelio de Marcos señala el inicio de la vida publica de Jesús en el llamamiento de cuatro de sus discípulos más significativos (Mc 1,16-20)

b) Ciertamente la actividad más masiva de Jesús en los tres primeros evangelios es la formación de sus discípulos cercanos. En esta Jesús centra el anuncio concreto de lo que él entiende por Reino de Dios, mas que en su actividad de misericordia y de enseñanza y predicación.

c) Parecería a primera vista que el proceder de Jesús fuera en un primer momento y antes de toda actividad, llamar directamente a estos discípulos cercanos y en forma individual.

d) Mas aun, parecería que la intención de los evangelistas fuera mostrar a un Jesús, cuya preocupación seria formar los lideres o las autoridades gubernativas de la Iglesia. Este seria el sentido de lo que aparece en el Evangelio de Marcos (Jesús) “subió al monte y llamo a lo que él quiso, y vinieron donde él. Instituyo a los doce para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar ” (3,13-14) Este esquema es impensable en la época del Jesús histórico: De aquí se seguirían numerosas contradicciones; en efecto ¿Cómo podía Jesús enviar a anunciar algo que los discípulos no poseían, si se tiene en cuenta, que el enunciador es propiamente un testigo de una experiencia de Dios tan impactante que inunde y sature toda la persona? Cuando, por otra parte, sabemos que los discípulos de Jesús hasta la hora de la Crucifixión aun estaban dudosos, sin una fe segura y en todo caso le abandonaron y huyeron a Galilea.

e) Si Jesús se preocupa por un grupo de discípulos y aun de su Vida Publica la misión de los mismo no es inteligible, entonces, lo que preguntamos es esto: ¿Cuál es el propósito real de Jesús con su grupo?

f) Ayuda a despejar esta pregunta, el ofrecer aquí alguna indicación sobre la manera como Marcos y también los demás evangelistas redactaron sus evangelios. Parecería a un lector menos critico que lo primero que hicieron los Evangelistas seria averiguar con documentos o algunos medios investigativos que fue lo que Jesús realmente hizo y en que orden cronológico y luego redactarían en una historia de Jesús tal como hoy entendemos una historia y como reconstruirla. Pero esto no es imaginable que hubiera sucedido de este modo. Marcos a excepción de una historia de la pasión, no posee otro material sobre Jesús que una numerosa cantidad de unidades pequeñas de diverso origen sobre dichos y hechos de Jesús, que ya habían tenido un empleo en la vida de las primitivas comunidades cristianas en función precisamente del anuncio del Evangelio. Marcos y los otros evangelistas al redactar sus evangelios lo que hacen es releer ese conjunto de tradiciones, desde la óptica de la experiencia del Resucitado que viven sus comunidades, con el propósito de autointerpretarse como comunidades creadas por el mismo Jesús. De allí entonces que la iglesia aparece en Marcos es la comunidad del año setenta pero no propiamente la comunidad de la época de Jesús terreno antes de su muerte.


Esto quiere decir que la historia de Jesús que aparecen en los evangelios, no es una historia hecha por medio de investigaciones de atrás hacia delante, sino al contrario de adelante hacia atrás. Es decir hecha desde las tradiciones como fueron vistas e interpretadas en el año setenta dígase de lo mismo de los otros evangelistas. Con esto no se quiere decir, que muchos elementos reales de la vida de Jesús terreno, no se hubiesen conservado, y entre otros, la gran preocupación de Jesús por formar un grupo de discípulos cercanos ¿pero que pretendía realmente Jesús con ese grupo? Hoy los estudiosa exegéticos están en mejores condiciones de responder este interrogante.

3 Punto de Partida: El Anuncio de Jesús

a) Es el sentir común exegetas que el objetivo central y único durante su vida publica fue el anuncio del Reino de Dios ¿pero que es el Reino de Dios anunciado por Jesús? La respuesta puede ser simple: Es la cercanía inmediata de Dios en el hombre Jesús percibida por su propia experiencia, también inmediata y atendida en forma concreta como un proceder en el pensar y actuar absolutamente conforme con la voluntad de ese Dios presente en él.


De allí que propiamente el anuncio de Jesús no sea otra cosa, que ser testigo de su propia experiencia del Dios vivo en él. Para Jesús Dios esta por encima de todas las cosas, inclusive por encima de su propia religión el Judaísmo. Cuando Jesús dice que el Reino de Dios esta cerca, se refiere a su propio caso, ya lo experimenta en el mismo.


Pero ¿Cómo Jesús percibe la realidad de Dios en él?. Puesto que Jesús es hombre, percibe la divinidad con los mismos mecanismos de conocimientos propios de todo ser humano. Ahora bien los seres humanos percibimos a Dios por medio de objetos sensibles o captables por nuestro conocimiento.


Esto quiere decir que lo que Jesús experimenta es la orientación absoluta de Dios en él, puesto que en él habita también absolutamente la divinidad que lo posee, puesto que él acoge sin condiciones esa divinidad, haciendo fielmente su voluntad. Por eso lo que Jesús percibe como experiencia de Dios conocible, son sus propios deseos, decisiones y acciones enteramente orientadas por Dios.


De aquí ya se puede deducir de alguna manera, como es la concepción que Jesús tiene de Dios y que el deja entender de sus parábolas.


b) Jesús en su predicación no pretendía enseñar un cuerpo doctrinal, ni menos a un conjunto de verdades abstractas; lo que Jesús buscaba era disponer las personas que encontraba, a acoger la acción de Dios creador en ellas, para que penetraran sus vidas y resultaran obrando mansamente según su voluntad y fueran, por esa misma razón, ellos mismos, testigos claras de la presencia de Dios en el mundo, o sea ellos mismos Reino de Dios como Jesús.


El lenguaje preferido por Jesús para promover el reino de Dios era precisamente el lenguaje de las parábolas. Ellas eran unas modestas imágenes recogidas del ambiente común y de la cotidianidad y en las cuales traducía de alguna manera el modo del acontecer de Dios en él, tal como lo percibía su propia existencia, a fin de estimular la conciencia de sus oyentes, paras que descubrieran al Dios vivo en ellos mismos y se movieran a tomar decisiones vitales consecuentes. O en otras palabras, como si Jesús dijera a sus oyentes: cierren sus ojos, miren hacia adentro, sientan a Dios que acontece en ustedes, según el indicativo de la parábola y decidan concientemente la orientación de ese mismo Dios que se deja sentir desde dentro en ustedes


c) De este lenguaje parabólico es fácil deducir que concepción tiene Jesús del acto creador de Dios en él: Dios se encarna en él y al encarnarse crea su humanidad; en otros términos Dios lo crea trascendiéndose en él, habitando en él, comunicando su mismidad a el, o en fin, haciendo comunión con él, dándosele a el personalmente; y este es el sentido primigenio de comunión a saber, un Dios que crea el ser humano saliendo de sí mismo, haciendo comunión con él y habitando en él.


De aquí bien se puede concluir que Dios crea a los seres humanos haciendo comunión en ellos, o lo que es lo mismo, comunicando la minidad de su ser, o sea uniéndose al ser humano al modo de la encarnación.


No es otro el sentido de la declaración del Concilio Vaticano ll cuando afirma:
“El Misterio del hombre solo se esclarece en el Misterio del Verbo encarnado… manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la sublimidad de su vocación... El Hijo de Dios con su encarnación se ha unido en cierto modo a todo hombre”(Gozo y Esperanza n..22)


d) Ahora es forzoso que nos pongamos frente a la siguiente pregunta: ¿Por Qué Dios está creando de hecho a todos los seres humanos comunicándose él mismo personalmente a ellos, habitando en ellos por su Espíritu? O más directamente: ¿qué propósito tiene Dios al crear los seres humanos de esta manera?. Y la respuesta es necesariamente, según la Revelación, hacer del hombre creado y en cuanto creado, y por tanto finito, hacer de él un real hijo de Dios, quién al participar de la divinidad, deja de ser finito, si acoge por la fe esa divinidad, y lo hace trascender de su condición finita y llega a ser finito como Dios mismo.


Esto significa que el ser humano, de por sí es mortal y solo puede desbordar o trascender esa mortalidad, si Dios mismo lo crea continuamente habitando en él, o participándole su vida divina, haciendo, de esta manera posible, por pura gratuidad, que rompa la finitud o la muerte y se convierta en un ser infinito e inmortal, esto es, un real hijo de Dios, como Jesús.


4. ¿Cómo Jesús anuncia el Reino de Dios que él experimenta y del cual él mismo es el testimonio?


a) Jesús no es propiamente un teórico o un maestro cuyo mensaje fuera una sublime sabiduría humana o un expositor de un conjunto doctrinal o de un sistema de verdades.


Esto sería poco y su originalidad no aventajaría a muchos hombres que han existido en la historia, como maestro de sabiduría.


Lo hemos dicho más arriba que la originalidad de Jesús está en su presencia de Dios mismo o en ser testimonio de la sabiduría absoluta de Dios en un hombre.


Por eso lo que Jesús pretende con sus parábolas no es precisamente enseñar doctrinas o promover algún sistema de verdades.


Jesús quiere ir más allá, pretende tocar la interioridad de las personas que encuentra a su paso y el medio que emplea es el del símil o la parábola y con ellos hace conscientes a los oyentes de la realidad divina que habita en ellos para que libremente acojan esa misma realidad; en otras palabras, Jesús se propone disponer a sus interlocutores para que en ellos suceda lo mismo que sucede en él; esto es, que se abran como él y se dejen orientar por esa misma realidad divina y así resulten haciendo incondicionalmente la voluntad de Dios.


Pero el lenguaje es únicamente un medio, inclusive reducido y que solo logra hacer tomar conciencia de la realidad del Dios vivo en el hombre.


b) Si el contenido del anuncio de Jesús, es la presencia inmediata y la plenitud de Dios en él, y Jesús mismo es el testimonio de esta su propia experiencia, se sigue que Jesús es el anuncio mismo o sea la presencia actuante y visible de Dios, o lo que es lo mismo, Jesús es la llegada del Reino de Dios a este mundo.


Por eso el medio con el cual Jesús anuncia el Reino de Dios, es él mismo como presencia de Dios, o sea ser Dios para los demás, y no simplemente palabras o discursos o parábolas.


Antes había dicho que lo propio de la realidad de Dios era crear el hombre, saliendo de sí mismo, trascendiéndose en él, haciendo comunión con él dándosele; esto lo percibía Jesús perfectamente en su experiencia de unión con él (su oración), y por esto mostrándose él mismo como Dios, transparentándolo en todas sus acciones.


Ahora bien, si Jesús experimenta, como dijimos, que Dios crea su humanidad haciendo comunión con él dándose a plenitud, esto mismo era lo que Jesús hacía con cada una de las personas que encontraba. O en otras palabras, Jesús se comportaba con los demás como Dios se comportaba con él. Por eso la manera masiva como Jesús disponía a las personas para acogieran, como él, a Dios vivo, era haciendo comunión con todo el que se encontraba a su paso.


c) Actualmente la exégesis bíblica, valiéndose de la crítica histórica sobre las tradiciones que circulan en los Evangelios, logra ya un acercamiento a la realidad vivida por el Jesús terreno, particularmente en aquellos que se refiere a los inicios de su vida pública.


Todo permite entender que la actividad típica y original de Jesús empieza en Cafanaum, insertándose en un grupo de pescadores.


Aquí entendemos por “inserción” no solo convivir con las personas en su propio medio vital, sino algo más, contagiar e impregnar a las personas de lo que el mismo Jesús estaba dominando o saturado, esto es, de la presencia actuante de Dios en él. Y la manera como Jesús contagiaba e impregnaba a las personas no era otra que comportarse como Dios mismo en él, esto es, haciendo comunión con cada una de las personas que encontraba en las cercanías de Cafarnaum.


d) Seguramente este proceder práctico de hacer comunión o comportarse como Dios mismo fue lo que generó poco a poco el real llamamiento de los primeros discípulos y su consiguiente seguimiento.


La razón es clara: Dios como creador, saliendo él de sí mismo y haciendo comunión con su creatura es realmente FASCINANTE. Y por eso la manera como Jesús procedió no era otra cosa que hacer visible esa fascinación de Dios, y al hacerlo Jesús mismo se convertía en la irresistible fascinación de Dios y esto, sin duda, fue lo que generó el llamamiento y el concreto seguimiento de los discípulos cercanos de Jesús, que nos narran los Evangelios.


De aquí ya podemos deducir con claridad que lo que realmente generó y produjo de hecho la comunidad de Jesús fue su comunión con cada uno de ellos y de ellos entre sí. Por eso la comunidad no es una yuxtaposición de personas que conviven y hasta pueden alcanzar alguna tolerancia. La comunidad cristiana es otra cosa, es el espacio vital donde acontece la comunión de Dios dándose, y por la misma razón, la comunión de las personas saliendo de sí y saliendo incondicionalmente en función de los otros.


e) Ahora ya podemos comprender la preocupación masiva de Jesús para formar un grupo de discípulos cercanos, tal como lo pudimos observar en las estadísticas practicadas en los tres primeros Evangelios. La preocupación de Jesús, no era, pues, en primera instancia la de armar una comunidad ni tampoco la de formar sus lideres, sino la de hacer comunión con cada uno de ellos; otra cosa es entender que fue previamente esta comunión con ellos lo que, a su vez, fue el fundamento y la causa de la comunidad como realidad efectiva.


La gran verdad que de aquí se deduce es la siguiente: Una comunidad cristiana real y efectiva no se hace propiamente ni con medios sociológicos o psicológicos, o pedagógicos, ni por medio de prácticas integrativas o dinámicas; todos estos elementos pueden servir de ayuda. La comunidad solo se genera fundamentalmente por la comunión de persona y esto no es otra cosa que la manifestación fascinante de Dios mismo haciendo comunión con las personas y moviéndolas, desde dentro, o salir de ellas mismas y a darse incondicionalmente al otro.


5. ¿Cuál es la función determinante de la Comunidad Cristiana?


a) La comunidad no es un mecanismo que nos hemos inventado los hombres para valernos de la colaboración de las fuerzas activas de los otros a fin de que la vida se nos haga más llevadera y placentera, ni es una organización que canaliza los poderes y saberes de sus miembros para lograr una mejor efectividad; ni es tampoco un equipo para buscar intereses distintos de ella, ni para alcanzar mayor producción o eficacia, ni para atender una obra, así sea de educación o beneficencia.


La comunidad, según la intención de Jesús y de la Iglesia primitiva, era como dije antes, un espacio de formación de seres humanos auténticos.


Según la revelación y en forma expresa el Concilio Vaticano II (Gozo y Esperanza n.22) Dios nos revela en la encarnación lo que el hombre es, es decir en Cristo se nos revela la autenticidad del hombre. Ahora bien ese auténtico hombre Jesús, lo era por ser, él mismo, la presencia diáfana de Dios, saliendo de sí mismo y haciendo comunión con los otros. Se sigue, pues, que el hombre auténtico, según la voluntad de Dios es el ser humano de Comunión, esto es, que entiende y vive que la razón de ser de su vida está en salir de sí mismo y trascenderá en su hermano, particularmente en aquel que está más necesitado.


b) Seguramente no sale al paso la siguiente pregunta ¿Por qué la Comunidad es la manera concreta como se forman los seres humanos? O ¿Por qué la Comunidad Cristiana es la forma como Dios crea a los seres humanos?


En el libro del Génesis no se nos dice toda la verdad cuando afirman que “Dios creó al hombre a su imagen” (Gn 1,27) como si se tratase de una acción de Dios puntual, según la cual Dios ya podría retirarse y dejarlo solo en el mundo.


Del anuncio de Jesús se desprende que la creación del hombre sucede de hecho de otra manera, esto es, que Dios lo crea comunicándose él mismo al hombre, habitando en él; lo cual significa que la creación del hombre no es una acción puntual sino una acción continua hasta llevarlo a una plenitud de vida con Dios, que no termina con las muertes, sino que es infinita.


Pero según la misma revelación, la creación continua de Dios en el hombre, no es solo de Dios, sino que con ella entra también, como poder creador la mediación de los seres humanos, unida a la de Jesús, y es el sentido más profundo de la comunidad cristiana, a saber, un espacio donde, por voluntad de Dios, sucede la participación activa y creadora de cada miembro de la comunidad, en la formación y edificación de cada unos de los otros.


Dios de hecho no está creando él solo a los seres humanos. Así como Dios se vale de la comunión de un padre y de una madre para engendrar hijos de Dios, de la misma manera se vale también de los miembros de la familia y de la comunidad cristiana para continuar la creación de esos seres humanos auténticos.


Comunión creadora, es real vientre materno en donde se crea hijos de Dios, valiéndose de la mediación de cada uno de sus miembros.


6. ¿Por qué solo en comunidad se pueden educar los seres humanos auténticos?


a) Para responder a esta pregunta es del todo necesario recurrir a la reflexión de San pablo sobre la condición humana, o en otros términos, debemos implicarnos en lo que suele llamarse la Antropología paulina.


Para San Pablo el problema grave del hombre es la muerte, y esto no sería otra cosa que la resultante obvia de su condición de ser finito. Sin embargo por amorosa voluntad de Dios y por pura gratuidad con el hombre, le está creando habitando en él por su Espíritu, participándole su vida divina a fin de orientarlo desde dentro con su poder hacia lo que Dios es, es decir, hacia lo infinito.


Pablo describe en sus cartas la situación del hombre de esta manera: por una parte, puesto que el hombre es finito o corruptible o amenazado de muerte tiende espontáneamente hacia lo transitorio, lo finito, es decir, se repliega sobre sí mismo, aferrándose a lo que abarcan sus posibilidades limitadas, afirmándose en su propia autosuficiencia, y en consecuencia, encerrándose en las apetencias de su propio egoísmo. Esto es justamente lo que Pablo denomina con el término “pecado” de base en todo hombre. Por otra parte, ese mismo hombre es creado por Dios por comunicación de la divinidad en él, y por lo tanto el poder de la tendencia de la divinidad en él quiere liberarlo del poder de la tendencia de la finitud o del pecado y lo orienta a liberarse de sí mismo a salir de sí en función de los otros y en consecuencia a hacer comunión con ellos.


Por eso al ser humano solo le queda una alternativa: o dejarse esclavizar por la tendencia de finitud o pecado o propia autosuficiencia, o bien, se decide a acoger la realidad de Dios vivo que habita en él por su Espíritu; es ese mismo espíritu el que le hace salir de sí mismo comprometiéndose en la edificación de los demás.


b) Pero esta alternativa no es una decisión abstracta, tal decisión solo tiene consistencia real cuando el hombre se compromete a una vida práctica de comunión dentro del espacio de la comunidad.


Aquí es donde se comprende que la comunidad, en la práctica, es un espacio de liberación, es decir en donde el hombre se libera por el poder del Espíritu Santo que habita en él, del poder esclavizador del pecado o de la finitud, que lo encierra en sí mismo y lo deja sin trascendencia en el mundo, lo que es y frustración como ser humano.


De aquí se deduce que la comunidad cristiana, si quiere ser verdaderamente liberadora deberá ser pequeña, porque solo así cada uno de sus miembros es responsable de la formación de los otros, y cada uno se sienta, no solo movido por la comunión efectiva de los otros, sino también urgido desde dentro a ejercer una comunión responsable y discernida.


c) Ayuda enormemente a comprender este Misterio del poder divino y creador de la comunidad, el considerar la reflexión de S. Pablo en su primera carta a los Corintios, Cap. 12: En los vv. 1 a 3 Pablo se está refiriendo a la comunidad como una circulación de carismas, es decir, la comunidad como obra exclusiva del Espíritu Santo.


En los vv. 4 a 11 el texto se refiere a lo que realmente son los carismas.


Con frecuencia se suele pensar que los carismas son simplemente las cualidades de las personas, pero esta concepción se expone a graves ambigüedades. En el verso 7 dice: “A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu Santo para provecho de todos”. Esto quiere decir que el carisma (don) es tal manifestación del Espíritu que precisamente se transparenta en las personas. Ello significa que las personas, ellas mismas son el donde de Dios en la comunidad, de la misma manera como el Espíritu Santo es el don de Dios mismo y no una cosa.


Por otra parte, si la función propia de la comunidad es salvar o liberar las personas de la esclavitud del pecado del yo, o del yo, a fin de que, ya liberados de sí mismos, puedan hacer comunión con los demás.


Por lo tanto los carismas son valores salvadores y esto solo pueden serlo las personas como mediadoras del poder salvador o creador de Dios en la comunidad.


En los vv. 12 a 30 ya Pablo se refiere al ejercicio responsable de cada miembro como carisma o presencia del Espíritu Santo en la comunidad, es decir la persona como miembro de comunidad que responsablemente sale de sí misma con todo lo que es o tiene o puede o sabe, a a hacer comunión con los demás, teniendo preferencia, como lo afirma expresamente el texto en los vv. 22 a 26, por aquellos que son los más necesitados de la comunidad.


Concluyendo: Todo esto acaba por convencernos realmente de cómo Dios solamente crea seres humanos de una sola manera, en comunidad, es decir, no El solo, sino valiéndose de los mediadores del poder creador de Dios que es su Espíritu Santo, esto es, valiéndose de las personas en cuanto que son valores liberadores o salvadores o creadores o carismas que actúan responsablemente en la edificación de seres humanos auténticos, hombres y mujeres de comunión que han entendido que lo único que vale la pena en la vida humana y que justifica nuestra venida al mundo, es salir de nosotros mismos, como Dios mismo lo hace, y comprometerse también como él en la creación de nuestros hermanos.


Una Conclusión final


Ustedes me han invitado para que en esta conferencia dijera una palabra que estimulara y orientara de alguna manera la trascendental tarea del educador cristiano. Por eso permítaseme que formule, a este propósito, tres grandescontenidos que se deducen ya con espontaneidad de todo lo que he pretendido mostrar en esta exposición.


1. Un ser humano, según la revelación definitivamente manifiesta en Jesucristo, no es posible formarlo o educarlo o construirlo sino en comunidad.


Por eso la comunidad no es un producto de nuestra creatividad humana, sino la manera concreta como Dios crea los humanos.


2. El ser humano, auténtico es aquel que viene al mundo a jugarse considerablemente la vida por los demás saliendo de sí mismo, esto es, haciendo comunión solidaria y por lo tanto construyendo comunidad creadora de seres humanos también comunitarios.


3. De aquí se deduce que el educador él mismo es un carisma de liderazgo, es un creador, quien con el poder de Dios participa en la creación formación de un ser humano auténtico o de comunión solidaria.
Por eso el educador cristiano, solo es educador si realmente se inserta entre sus educandos para contagiarlos o impregnarlos de los que él mismo es, una presencia de Dios que sale de sí mismo y pone su mirada más en la persona de su educando que es sus propios intereses.


Un educador solo es, si es un testigo de su propia experiencia de un Dios que sale de sí mismo y se trasciende en el educador. Esto y solamente es lo que constituye la verdadera autoridad del educador.

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